Levantose
Levantose una mañana gris y descubrió que ya no tenía cabida. No tenía razón alguna para su existencia. Después de muchos años deambulando por el camino oscuro, decidió tomar su maleta y marcharse. Maleta que nunca deshizo. La trajo colmada de miedos, rechazos, dudas e indecisiones y al abrirla por última vez comprobó que todo el equipaje iba de vuelta, todo estaba en orden, no se dejaba nada. Ella no había permitido que dejara sobre la cama ni una sola de sus tardes.
Intentó una y otra vez quedarse, dormir junto a ella, beber sus lágrimas y enredar su pelo.
Insistió en, más de una ocasión, que le brindase otra oportunidad; tiñéndose de colores dulces pretendía ocultar sus amargas intenciones.
Reclamó el finiquito de soledad que tanto ejerció, solicitó un día más para sembrar la plaga que le había quedado en las alforjas.
Suplicó de rodillas que no lo despidiera, necesitaba de su tristeza para seguir viviendo.
Ese mismo día, su fiel compañera, tomo unas tijeras y recortando el asiento de la vieja silla puso punto y final a una larga historia.
No volvería a sentarse en aquel lugar, no pasaría ni un segundo más con ella, no volvería a ver un amanecer gris por la ventana, ni la acompañaría en ese tren. Cruzaría el lago sin prisa y con pausas, todas las que quiera.
Café con azúcar, por favor, talla L que quiero estar cómoda. Pelo suelto y despeinado, zapatos grandes para que el camino no se quede corto, acordes desafinados y cuerdas de repuesto, maleta vacía para llenarla de sueños, mente en blanco para empezar desde cero, recuerdos futuros y presentes inciertos, temor ¿qué temor? Ah!!! Se marchó, no encajaba en mi vida.
Intentó una y otra vez quedarse, dormir junto a ella, beber sus lágrimas y enredar su pelo.
Insistió en, más de una ocasión, que le brindase otra oportunidad; tiñéndose de colores dulces pretendía ocultar sus amargas intenciones.
Reclamó el finiquito de soledad que tanto ejerció, solicitó un día más para sembrar la plaga que le había quedado en las alforjas.
Suplicó de rodillas que no lo despidiera, necesitaba de su tristeza para seguir viviendo.
Ese mismo día, su fiel compañera, tomo unas tijeras y recortando el asiento de la vieja silla puso punto y final a una larga historia.
No volvería a sentarse en aquel lugar, no pasaría ni un segundo más con ella, no volvería a ver un amanecer gris por la ventana, ni la acompañaría en ese tren. Cruzaría el lago sin prisa y con pausas, todas las que quiera.
Café con azúcar, por favor, talla L que quiero estar cómoda. Pelo suelto y despeinado, zapatos grandes para que el camino no se quede corto, acordes desafinados y cuerdas de repuesto, maleta vacía para llenarla de sueños, mente en blanco para empezar desde cero, recuerdos futuros y presentes inciertos, temor ¿qué temor? Ah!!! Se marchó, no encajaba en mi vida.
Comentarios
Muy bonito lola, un beso enorme
UN BESO DE LOS QUE SE SIENTEN!!!!
"quiero seguir soñando"
Sencillamente precioso.
Un beso guapa!!
Un beso desde mi corazón
Gracias por estar ahí y por ser totalmente incansable.
Besos grandes.
Te mereces tus sueños y los que te quedan por venir.
Gracias por aparecer en este dulce y salado rincón.
Besos recien hechos.
Un fuerte abrazo Lola
Gracias por tu visita, recibe un beso desde la ciudad de los sueños.
Espero estés muy bien y esa ciudad de los sueños que tanto querés te cuide y te cubra.
¡Vaya escrito!
Suena mucho a mi propia historia, a mi propio recorrido no muy lejano, me huele a mi misma. Me sentí muy identificada con la historia, con las maletas, con los sentimientos.
No es mentira, así lo sentí. Sentí a tu personaje liado.
Se nota positivamente que te tomaste un buen rato para escribir. Te felicito es buen trabajo.
Un abrazo fuerte desde un pueblo que no es el mío pero que forma y formará parte de mi en este viaje llamado vida.
Beso y abrazo, cuidate mucho.
Saludos a tu sobrina.
Gracias por tus felicitaciones, por tus saludos, por tu abrazo, besos y por tu visita.
Te mando un beso grande para ese viaje. Cuidate mucho y sonríe.
Saludos desde este salado y azul horizonte!!
Merece la pena que lleguen las tormentas para salir reforzadas de ellas y es en ese momento cuando aprecias los marineros que aguantaron a tu lado el chaparrón.
Gracias por estar ahí.
"Adios Tristeza, adios", hay momentos en los que se hace necesario un despido total del temor y dejar la tristeza para los momentos necesarios.
Un saludo
Bueno, las reflexiones no las voy a dejar, pero si mi maestro quiere que continuemos la historia no tengo incoveniente alguno.
Muchas gracias por dejar tu opinión.
Gracias por tus palabras y me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo
Saludos.
Ciertas tus palabras, situaciones complejas que debemos de dominar para que nuestra mente no sufra demasiado. Se hace necesario firmar el finiquito al miedo.
Un abrazo y gracias