¿Beber o degustar?

Caía la tarde y las sombras de las pequeñas y grandes casas empezaban a inundar de claroscuro el pueblo encantado donde vivía Sofía. Bajaba la pronunciada cuesta, empedrada y céntrica, que la conducía hasta la cafetería de su siempre amigo Julián.
Caminando plácidamente y degustando cada uno de los segundos que pasaban sobre ella, no estaba dispuesta a malgastar su preciado reloj de la vida. Saboreaba el momento como si de una buena copa de vino se tratase, bebiendo sorbitos intensos del licor que año tras año había logrado cosechar.
-Buenas tardes Julián, ¿cómo te ha ido la jornada?
-Pues, ya sabes, el día tiene ciertas horas en las que estás a tope y otras horas en las que te da tiempo a recoger un poco, pero bien, la verdad es que no puedo quejarme. Trabajo y más trabajo.
-Oye!! ¿has visto el anuncio de la Coca-Cola?, menudo mensaje el que da Josep a Aitana. Me dejó fascinada la cantidad de verdades que se dice en tan corto espacio de tiempo.
-Lo vi, pero sinceramente no le presté atención, mí día a día no da tregua a detenerme en anuncios ni mensajes, no tengo tiempo ni de escuchar el silencio, vamos que podríamos decir que me bebo el tiempo.
-Julián, hay que saber degustar el tiempo, no merece la pena beber sin saber a que sabe lo que estás bebiendo. El reloj en el que estamos encuadrados de un momento a otro puede dejar de funcionar y en ese preciso instante se termina el tiempo que teníamos concedido desde que naciéramos hasta el momento del ocaso.
Mi consejo, viejo amigo, es que disfrutes de esos momentos con las personas que te rodean y te quieren, que saques partido a todo lo que te hace feliz y exprimas al máximo la cuenta atrás que empezaste hace algunos años. Y como dijera Josep a Aitana “No te entretengas en tonterías que las hay y vete a buscar lo que te haga feliz que el tiempo corre muy deprisa”.
Caminando plácidamente y degustando cada uno de los segundos que pasaban sobre ella, no estaba dispuesta a malgastar su preciado reloj de la vida. Saboreaba el momento como si de una buena copa de vino se tratase, bebiendo sorbitos intensos del licor que año tras año había logrado cosechar.
-Buenas tardes Julián, ¿cómo te ha ido la jornada?
-Pues, ya sabes, el día tiene ciertas horas en las que estás a tope y otras horas en las que te da tiempo a recoger un poco, pero bien, la verdad es que no puedo quejarme. Trabajo y más trabajo.
-Oye!! ¿has visto el anuncio de la Coca-Cola?, menudo mensaje el que da Josep a Aitana. Me dejó fascinada la cantidad de verdades que se dice en tan corto espacio de tiempo.
-Lo vi, pero sinceramente no le presté atención, mí día a día no da tregua a detenerme en anuncios ni mensajes, no tengo tiempo ni de escuchar el silencio, vamos que podríamos decir que me bebo el tiempo.
-Julián, hay que saber degustar el tiempo, no merece la pena beber sin saber a que sabe lo que estás bebiendo. El reloj en el que estamos encuadrados de un momento a otro puede dejar de funcionar y en ese preciso instante se termina el tiempo que teníamos concedido desde que naciéramos hasta el momento del ocaso.
Mi consejo, viejo amigo, es que disfrutes de esos momentos con las personas que te rodean y te quieren, que saques partido a todo lo que te hace feliz y exprimas al máximo la cuenta atrás que empezaste hace algunos años. Y como dijera Josep a Aitana “No te entretengas en tonterías que las hay y vete a buscar lo que te haga feliz que el tiempo corre muy deprisa”.
Seamos unos privilegiados del tiempo, degustémoslo en vez de bebérnoslo.
Comentarios
Lola te aseguro que no hay nada mejor que "DEGUSTAR".
Un besazo.
Un saludo.
Claro que sí!!!
Está demostrado incluso científicamente... ¿sabes?
Cuando el cuerpo humano realiza un ejercicio por encima de sus posibilidades (haciendo deporte, por ejemplo) y una vez pasados esos 12-15 min. desde el inicio de la actividad hasta la quema de ácido láctico; solo entonces es necesaria la ingesta de azúcares y sales minerales (cualquier persona que practique deporte lo sabe)...
Pues bien, se acaba de demostrar que el cuerpo humano es tan asombroso que, pasado ese tiempo y en espera de una ingesta de azúcares o sales minerales como antes comenté, mediante mensajes neuronales, el cerebro prioriza sobre el sentido gustativo...
¿Sabes para qué? Pues para que, en el mismo momento que se toma azúcar, por ejemplo, el gusto sea tan intenso que solo esa sensación le baste a nuestro cuerpo para saber que estamos reponiendo energía...
Es decir, incluso en actividades límites el cuerpo instintivamente DEGUSTA!!!
Querida Hermana, hermosa metáfora de algo tan necesario como el saber embriagarse de vida...
Precioso, preciosa...
Mari; me alegro de que tomaras esa decisión, es la única forma de vivir más intesamente.
AdP; ¿escribir sin sentir?, ¿vivr sin amar?, ¿andar sin tropezar?, pero ¿qué vida es esta?. Gracias
Hermano; gracias por tu clara explicación. Embriaguémosno del presente y vivamos intensamente cada minuto. Lo demás con el izquierdo por delante...
Maestro; degustar, saciar, sorbo, sin prisas, apreciar, valorar, aguardando, calma, ansías,... seguiré esperando...
Un beso grande
Yo aquí bien, vine a saludarte y leerte.
Me gustó tu post, se acerca y por mucho a mi forma de pensar... degustar el tiempo en lugar de beberlo aunque a veces se nos hace una difícil tarea.
Cuidate mucho, besitos para vos.
Un beso grande
¿Lola, sigues la hosteria?
Muchos besitos...